La pandemia de COVID-19 ha puesto a prueba a la sociedad y ha planteado preguntas difíciles a los líderes financieros. Se encuentran en un difícil acto de equilibrio: responder a la pandemia de COVID-19 con resiliencia, mientras generan valor sostenible a largo plazo para múltiples partes interesadas (accionistas, empleados, clientes, comunidades y otras partes) al centrarse no solo en los resultados financieros, sino también en también sobre impactos ambientales y sociales.
En un mundo donde el desempeño se mide a través de estas dimensiones más amplias, los líderes financieros deberían reconsiderar el papel que desempeñan los informes en el valor empresarial. Eso significa satisfacer las demandas de información no financiera (los modelos comerciales están cada vez más expuestos a problemas sociales y ambientales), así como divulgaciones financieras. Y deberían desafiarse a sí mismos para pensar en cómo serían las finanzas y la presentación de informes en el futuro y estar preparados para alterar el status quo.
Si las finanzas no cumplen con las expectativas cambiantes de los inversores, reguladores y otras partes interesadas, la presentación de informes podría perder relevancia.