Discurso del Sr. Alexandre Tombini, Representante jefe del BPI para las Américas ante el BPI, en Market News International (MNI), 28 de octubre de 2024.
La pandemia de Covid-19 exigió a los bancos centrales medidas de política monetaria sin precedentes. Tras una recuperación económica más rápida de lo previsto, la inflación se disparó hasta alcanzar niveles récord en décadas. Los bancos centrales aumentaron las tasas de política monetaria y la inflación cayó sustancialmente. Los marcos de política monetaria sólidos ayudaron a los bancos centrales latinoamericanos a mantener ancladas las expectativas de inflación a largo plazo y evitar crisis financieras.
Sin embargo, la etapa final de reducción de la inflación a los niveles fijados como meta, «la última milla», sigue siendo difícil. Si bien la inflación es mucho menor, todavía no ha alcanzado el nivel fijado como meta. Algunos países incluso experimentaron un repunte. La etapa final de desinflación será diferente de la primera fase. Los efectos de base derivados de la disminución de los factores transitorios que impulsaron la inflación desempeñan ahora un papel mucho menor. El crecimiento alto y persistente de los precios de los servicios será un desafío, especialmente a medida que los salarios sigan aumentando. Las políticas fiscales expansivas están contrarrestando las políticas monetarias restrictivas, lo que complica el camino hacia el logro de las metas de inflación. Además, la inflación está cada vez más impulsada por factores internos, lo que refleja mayores disparidades económicas y del mercado laboral entre los países.
Los bancos centrales tendrán que proceder con cautela en el próximo período.
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América Latina: ¿son inevitables la inflación y el bajo crecimiento?
¿Son inevitables la alta inflación y el bajo crecimiento en América Latina? La lista de desafíos es larga, pero no hay motivos para el fatalismo.
Durante las últimas tres décadas, los países de América Latina han construido sólidos marcos de política macro financiera. Entre el cambio de milenio y el año pasado, la inflación en la mayoría de los países de la región fue más baja y más estable que en cualquier otro momento del siglo XX, a pesar de los grandes shocks. Las crisis financieras, una característica perenne del pasado, han estado notablemente ausentes en la región. Este historial muestra que las buenas políticas pueden marcar la diferencia y lo hacen.
Hoy, el desafío es aprovechar estos logros, hacer que la inflación vuelva a la meta y emprender una trayectoria de crecimiento elevado y sostenible. La estabilidad macroeconómica y financiera es una condición necesaria para ello, pero no suficiente. También se necesitan políticas estructurales para hacer que las economías sean más competitivas y dinámicas, políticas sociales para que el crecimiento sea inclusivo y políticas ambientales para que el desarrollo sea sostenible.