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Panorama de la evolución económica y financiera en Italia

Damas y caballeros
La economía mundial ha seguido expandiéndose en los últimos meses, a pesar del tenor persistentemente restrictivo de la política monetaria en muchos países y de la incertidumbre causada por las tensiones y los conflictos en curso en varias regiones del mundo.
Sin embargo, las perspectivas a corto plazo siguen siendo débiles. Se espera que el PIB mundial crezca alrededor de un 3% en 2024, significativamente por debajo de la media de los primeros 20 años de este siglo. Tras estancarse en 2023, se espera que el comercio vuelva a crecer este año, aunque menos que en el pasado.
Los riesgos cíclicos, durante mucho tiempo inclinados a la baja, se están volviendo más equilibrados. La actual desinflación mundial sugiere que las condiciones monetarias se relajarán, pero lo harán a un ritmo diferente en cada una de las principales economías.
El crecimiento es desigual tanto entre las economías avanzadas, donde Estados Unidos ha demostrado ser particularmente fuerte, como entre las economías emergentes y de bajo ingreso.
El crecimiento en estos últimos países desde 2019 no ha sido suficiente para reducir las brechas de bienestar con respecto a los países más ricos; Los altos costos del servicio de la deuda colocan a muchos de ellos en una posición vulnerable. Es de suponer que el impago de una o más de las economías de bajo ingreso produciría solo efectos secundarios sistémicos marginales a escala mundial,1 aunque la gestión desordenada de estas crisis tendría graves consecuencias para los países involucrados y podría dar lugar a disputas geopolíticas.
En los próximos años, la economía mundial se verá afectada por el bajo crecimiento de la productividad en muchos ámbitos, por la progresiva eliminación de los estímulos fiscales desplegados para contrarrestar los efectos de la pandemia y, sobre todo, por las tensiones geopolíticas que no muestran signos de disminuir. Según el Fondo Monetario Internacional, se espera que el crecimiento mundial continúe en torno al 3% hasta el final de la década.

ANNE O. KRUEGER – Defensora del Comercio Mundial

El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, estaba librando una guerra comercial multimillonaria con China, y la economista Anne Krueger decidió tomar una posición. A lo largo de una carrera que abarcó más de seis décadas, la innovadora investigación de Krueger en India, Corea del Sur y Türkiye modificó profundamente el pensamiento de los formuladores de políticas sobre la importancia del comercio para mejorar la vida de millones de personas. Ahora todo eso estaba bajo ataque.
La respuesta de Krueger a Trump fue un libro de 300 páginas publicado en 2020, Comercio internacional: lo que todos deben saber, un argumento convincente que muestra cómo el comercio mundial beneficia a miles de millones de personas y ha sacado a millones de la pobreza. “La protección no crea empleos”, escribió. “El comercio destruye muchos menos de lo que popularmente se cree… Si la guerra comercial continúa, el daño económico en todo el mundo aumentará”.

Facilitación del comercio y cadenas de valor mundiales en un mundo postpandémico

El objetivo de este trabajo es doble. En primer lugar, se examinan los efectos de la aplicación de medidas de facilitación del comercio (CT) en los flujos comerciales internacionales y en la participación en las cadenas de valor mundiales (CGV). En segundo lugar, proporciona recomendaciones de política para el desarrollo de Asia y el Pacífico derivadas de estimaciones de modelos. El objetivo principal es desentrañar la eficacia de una amplia gama de medidas de facilitación del comercio adoptadas a nivel nacional y ver si éstas han allanado el camino hacia flujos comerciales más sostenibles. Los datos utilizados provienen de las Encuestas Mundiales de las Naciones Unidas sobre Facilitación del Comercio Digital y Sostenible, que abarcan 144 países de todo el mundo para los años 2015, 2017, 2019 y 2021. Las estimaciones empíricas obtenidas de un modelo de gravedad del comercio indican que las medidas de facilitación del comercio relacionadas con la transparencia, las instituciones y las formalidades son de suma importancia, mientras que las acciones sostenibles de facilitación del comercio aún están en pañales, y se necesitan más datos para una evaluación adecuada de su eficacia. Además, la implementación de TF está relacionada con reducciones en el tiempo y el costo de exportación e importación, así como con mejoras en el desempeño logístico. Hay varias recomendaciones de política e implicaciones para los países en desarrollo de Asia y el Pacífico en relación con la facilitación del comercio, el comercio y las CVM: en primer lugar, las políticas de transparencia aumentarán el comercio de productos manufacturados más que proporcionalmente, especialmente en los países de bajo ingreso de Asia (como Afganistán, Bangladesh, Bhután, Camboya, Myanmar, Nepal y Timor-Leste); en segundo lugar, la mejora de la calidad de las instituciones relacionadas con la facilitación del comercio fomentará la participación en las cadenas de valor mundiales; y, por último, en el caso de las islas pequeñas del Pacífico (Kiribati, las Islas Salomón, Tuvalu y Vanuatu), las inversiones públicas destinadas a mejorar su desempeño logístico serían de especial importancia.

Por qué —y cómo— se debe combatir la fragmentación geoeconómica

Las autoridades económicas y los líderes empresariales se dirigen a Davos en un momento en que la economía mundial quizás esté confrontando el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial.
La invasión rusa de Ucrania se ha sumado a la pandemia de COVID-19 —una crisis tras otra— y está devastando vidas, frenando el crecimiento y elevando la inflación. La carestía de los alimentos y la energía impone un lastre pesado a los hogares en todo el mundo. El endurecimiento de las condiciones financieras está ejerciendo más presión sobre los países, las empresas y las familias fuertemente endeudadas. Países y empresas por igual están revaluando las cadenas mundiales de suministro en medio de los persistentes trastornos.
Si a esto se suman el marcado aumento de la volatilidad en los mercados financieros y la continua amenaza del cambio climático, lo que tenemos ante nosotros es una posible confluencia de calamidades.
Y nuestra capacidad de respuesta está obstruida por otra consecuencia de la guerra en Ucrania: un pronunciado aumento del riesgo de fragmentación geoeconómica.