En mayo de 2024, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) organizaron una mesa redonda sobre la adopción de la IA en las finanzas, en la que participaron expertos de los sectores público y privado. Los debates se centraron en las oportunidades que presenta la IA, así como en los riesgos que introduce para el sector financiero. La mesa redonda destacó casos de uso y mejores prácticas emergentes para marcos de políticas destinados a garantizar la implementación segura y efectiva de la IA.
Los bancos, las aseguradoras y los gestores de activos utilizan cada vez más la IA, en particular en áreas como la modelización de riesgos, la detección de fraudes y la prevención de delitos financieros. El consenso de la mesa redonda fue que, al menos por ahora, el papel de la IA en las finanzas no es transformador, especialmente para las instituciones altamente reguladas. En cambio, la IA se está utilizando principalmente para obtener ganancias de eficiencia operativa, siendo su contribución más notable la mejora del manejo de grandes conjuntos de datos.
Desde nuestra perspectiva, la IA tiene un valor real en su sinergia con los datos estructurados. Como hemos señalado anteriormente en este boletín, el uso de formatos de datos estandarizados como XBRL ayuda a crear modelos de IA más confiables. Los datos estructurados son esenciales para entrenar una variedad de modelos de IA, lo que conduce a mejores resultados y le da a la IA una base sólida para brindar información más precisa.
Al mismo tiempo, la mesa redonda subrayó los desafíos que conlleva la adopción de la IA, incluidos los riesgos relacionados con la precisión de los modelos, la protección de datos, la gobernanza y los posibles impactos en la estabilidad financiera. Los modelos complejos de IA pueden aumentar la opacidad de los sistemas financieros, lo que genera inquietudes sobre la transparencia, los estándares éticos y la capacidad de las instituciones financieras para monitorear los riesgos y controlar ciertos tipos de transacciones a medida que estas herramientas se integran más en el comercio y la asignación de capital.
A medida que evoluciona el papel de la IA en las finanzas, el foco debe estar en equilibrar la innovación con una gobernanza sólida para garantizar que se mantengan tanto la eficiencia como la integridad.