Mejorar la capacidad del Estado es sinónimo de desarrollar la capacidad humana, un catalizador directo para mejorar la calidad del gobierno. Un desempeño elevado dentro del gobierno se traduce directamente en una gobernanza más efectiva. El enfoque del economista aboga por incentivar el desempeño a través de vías como la gestión del desempeño, la privatización, la Nueva Gestión Pública, la competencia y las opciones de salida, así como acortar la ruta de la rendición de cuentas. Por otro lado, los psicólogos sociales destacan el poder de las normas, las motivaciones internas y el orgullo profesional en el desempeño de la conducción.
El discurso sobre la capacidad estatal y la autonomía burocrática subraya la necesidad de un enfoque personalizado. No existe una solución única para todos. Las agencias con mayor capacidad pueden beneficiarse de una mayor discrecionalidad, mientras que las que tienen menor capacidad pueden requerir normas más estructuradas. La optimización de la calidad de la gobernanza requiere una estrategia multifacética. Es vital lograr el equilibrio adecuado entre la autonomía y la rendición de cuentas, alinear los incentivos y fomentar una cultura de responsabilidad. Un enfoque matizado y específico para cada contexto es imperativo para una gobernanza eficaz y una mejor prestación de servicios públicos.