Este artículo investiga los determinantes de la emisión de bonos verdes utilizando datos anuales a nivel de empresa con 300 emisores de bonos verdes, que emitieron bonos verdes durante el período 2017-2021. Encontramos resultados muy interesantes que tienen implicaciones políticas para la promoción de los bonos verdes.
No pudimos encontrar evidencia de un impacto estadísticamente significativo de la COVID-19 en la emisión de bonos verdes corporativos.
Las características de los bonos verdes, incluida la tasa de cupón, el vencimiento y la moneda, son los principales determinantes de la emisión de bonos verdes. Los emisores de bonos verdes prefieren vencimientos más largos. Por lo tanto, los gobiernos pueden promover los bonos verdes estimulando la demanda de ellos por parte de inversores a largo plazo, como los fondos de pensiones. Las empresas que pueden ofrecer una tasa de cupón más alta emiten más bonos verdes. El apoyo a las políticas de paja aumenta los ingresos de los proyectos verdes, como las tarifas reguladas o los préstamos subsidiados, puede promover el financiamiento de proyectos verdes utilizando bonos verdes. La emisión de bonos verdes en monedas EURO, USD, CNY, JPY, SEK tiene un impacto positivo en la emisión de bonos verdes en comparación con otras monedas. Podría prestarse apoyo político a la emisión de bonos verdes en países con monedas volátiles o depreciadas para promover la emisión de bonos verdes: i) estimulando la demanda local de bonos verdes, o ii) denominando los ingresos de los proyectos verdes a moneda extranjera (EUR o USD) utilizando instrumentos de política como las tarifas reguladas.
Estos resultados tienen algunas limitaciones, principalmente debido a la limitada disponibilidad de datos. Utilizamos datos anuales a nivel de país para las medidas de rigor de la COVID-19, sin embargo, sería mejor utilizar medidas de rigor para la COVID-19 en todos los meses, provincias e incluso sectores.
Etiqueta: IPCC – Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
INFORME DEL TALLER SOBRE DIVERSIDAD BIOLÓGICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son dos de los problemas más acuciantes del Antropoceno. Si bien tanto en los círculos científicos como en los de formulación de políticas se reconoce que ambos están interconectados, en la práctica se abordan en gran medida en sus propios ámbitos. La comunidad investigadora dedicada a investigar el sistema climático es algo distinta, pero no completamente, de la que estudia la biodiversidad. Cada número tiene su propia convención internacional (la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica), y cada uno tiene un organismo intergubernamental que evalúa los conocimientos disponibles (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES)). Esta separación funcional crea el riesgo de identificar, comprender y tratar de manera incompleta las conexiones entre los dos. En el peor de los casos, puede llevar a tomar acciones que impidan inadvertidamente la solución de uno u otro problema, o ambos. La naturaleza de los sistemas complejos es que tienen resultados y umbrales inesperados, pero también que las partes individuales no pueden gestionarse de forma aislada unas de otras. El taller conjunto de la IPBES y el IPCC se propuso explorar estas complejas y múltiples conexiones entre el clima y la biodiversidad. Este taller y su informe representan la primera colaboración conjunta entre los dos órganos intergubernamentales y, por lo tanto, una actividad histórica en la historia de ambos.
La comunidad científica ha estado trabajando durante algún tiempo en las sinergias y compensaciones entre el clima y la biodiversidad. Entre los ejemplos de sinergia cabe citar la adopción de medidas para proteger la diversidad biológica que, al mismo tiempo, contribuyan a la mitigación del cambio climático; o una acción que aumente la capacidad de las especies o ecosistemas para adaptarse a aquellos cambios climáticos que no se pueden evitar. Por el contrario, pueden producirse compensaciones negativas, por ejemplo, si una medida adoptada para mitigar el cambio climático mediante el uso de la tierra o el océano para absorber los gases de efecto invernadero da lugar a la pérdida de biodiversidad o al suministro de otros beneficios vinculados a la naturaleza que se derivan de los ecosistemas afectados. Solo considerando el clima y la biodiversidad como partes de un mismo problema complejo, que también incluye las acciones, motivaciones y aspiraciones de las personas, se pueden desarrollar soluciones que eviten la mala adaptación y maximicen los resultados beneficiosos. La búsqueda de esas soluciones es importante si la sociedad quiere proteger los logros del desarrollo y acelerar el avance hacia un mundo más sostenible, saludable y equitativo para todos. El papel de la ciencia en la lucha contra la pandemia actual ilustra cómo la ciencia puede servir de base para la formulación de políticas y la sociedad a la hora de identificar posibles soluciones.
Como miembros del comité directivo científico, estamos orgullosos de haber contribuido a esta primera colaboración entre el IPCC y la IPBES. Nuestra primera tarea fue seleccionar de nuestras respectivas comunidades un conjunto diverso y de clase mundial de expertos líderes de todo el mundo, y luego guiar su trabajo. Ha sido un desafío completar este proceso durante la pandemia de COVID-19, y los plazos se movieron y revisaron muchas veces. Lo que originalmente iba a ser un taller físico en mayo de 2020 organizado por el Reino Unido con el copatrocinio de Noruega, terminó siendo un taller celebrado en línea en diciembre de 2020. Los expertos se han adaptado notablemente bien a estos cambios y, para compensar la imposibilidad de reunirse en persona, han dedicado mucho tiempo y esfuerzo a este proyecto, y han mantenido vigorosas y desafiantes discusiones a distancia entre ellos, antes y durante el taller, y para preparar el informe del taller y los resultados científicos asociados.
Como se explica en el descargo de responsabilidad de la primera página de este documento, se trata de un informe de taller, no de una evaluación. No obstante, se trata de un documento científico, que ha sido objeto de revisión por pares por parte de 24 expertos externos seleccionados por el comité directivo científico del taller, que proporciona una representación, síntesis y explicación objetivas del conjunto de trabajos publicados. Si bien se trata de un informe de taller y, como tal, no es completamente exhaustivo, el informe resume el estado emergente de los conocimientos para fundamentar la toma de decisiones y ayuda a señalar el camino hacia soluciones para la sociedad y también para la investigación científica mediante la identificación de las lagunas de conocimiento que deben colmarse.
Esperamos que este informe del taller copatrocinado y los resultados científicos asociados proporcionen una contribución importante a las evaluaciones actuales y futuras tanto del IPCC como de la IPBES, y sean pertinentes para los debates celebrados en el contexto de la COP 15 del CDB y la COP 26 de la CMNUCC, ambas celebradas, en principio, en 2021. Conectar las esferas del clima y la biodiversidad es especialmente crucial en este momento en que el mundo parece estar preparándose para acciones más contundentes en ambos ámbitos. Las medidas urgentes, oportunas y específicas pueden minimizar las tendencias perjudiciales y contrarrestar los riesgos crecientes, al tiempo que se evitan errores costosos y que reducen el esfuerzo. La humanidad no tiene tiempo que perder y esperamos que este informe sirva de base para estas acciones urgentes hacia «El futuro que queremos».