La tokenización podría ayudar de múltiples maneras. Los contratos inteligentes podrían especificar un pago automático del comprador a sus proveedores en el momento de la entrega de los bienes, o un pago anticipado parcial cuando se alcanzan los pasos intermedios. Esto podría eliminar los problemas de incentivos. Los bancos podrían extender aún más los préstamos que cuentan con contratos inteligentes que actúan sobre la información en tiempo real sobre los envíos a través de datos GPS. A través de este uso ventajoso de la tokenización y del Internet de las cosas, los proveedores podrían financiar parte de sus necesidades de capital de trabajo ya en la fase de producción. Por último, dado que todos los contratos de financiación del comercio se redactarían en un libro mayor, sería imposible redactar contratos de préstamo duplicados vinculados a la misma garantía, lo que alentaría aún más a los prestamistas a otorgar crédito a las empresas.
Los esfuerzos de tokenización ya están sucediendo. Las criptomonedas y las finanzas descentralizadas ofrecieron una visión de la promesa de la tokenización. Pero los escándalos recientes han dejado claro que la criptografía es un sistema defectuoso que no puede asumir el manto del futuro sistema monetario.
Lejos de la criptografía, los esfuerzos de los bancos comerciales y otros grupos del sector privado han explorado las capacidades de la tokenización para casos de uso del mundo real. Pero estos esfuerzos se han visto obstaculizados por los silos erigidos por cada proyecto y la desconexión resultante de otras partes del sistema financiero. En particular, carecen de la capacidad de liquidar con finalidad, que depende del dinero del banco central.
Lo que les falta a estos proyectos es la integración con una versión tokenizada del activo de liquidación en forma de una moneda digital del banco central mayorista (CBDC). La base de confianza proporcionada por CBDC y su capacidad para unir los diversos elementos del sistema financiero se derivan del papel del banco central en el núcleo del sistema monetario (Gráfico 6). Entre sus muchas funciones, el banco central emite la unidad de cuenta de la economía y garantiza la firmeza de los pagos a través de la liquidación en su balance. Tener dinero del banco central como activo de liquidación en el mismo lugar que otras reclamaciones tokenizadas proporciona una base firme para las funcionalidades de la tokenización. Las CBDC mayoristas desempeñarían un papel similar al de las reservas en el sistema actual, pero con las funcionalidades adicionales habilitadas por la tokenización, como la componibilidad y el rendimiento contingente de las acciones.
Si bien la forma del activo de liquidación (CBDC) en un entorno tokenizado es clara, hay un mayor espacio para el debate sobre la forma adecuada de dinero tokenizado privado que complementa a las CBDC. Actualmente hay dos candidatos principales: monedas estables respaldadas por activos y depósitos tokenizados. Ambos representan pasivos del emisor, pero difieren en la forma en que se transfieren y en su papel en el sistema financiero.
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Una base de confianza
A nivel mundial, los bancos centrales pueden vincular sus CBDC al por mayor para permitir que los bancos y los proveedores de pagos realicen transacciones directamente en dinero del banco central de múltiples monedas. Esto es posible gracias a la llamada tecnología de contabilidad distribuida autorizada, restringida a partes de confianza. El trabajo del Centro de Innovación del Banco de Pagos Internacionales con 10 bancos centrales muestra que tales acuerdos pueden ofrecer pagos transfronterizos más rápidos, baratos y transparentes (Bech y otros 2022). Esto puede ayudar a los migrantes a pagar menos por sus remesas, permitir un mayor comercio electrónico transfronterizo y apoyar las complejas cadenas de valor globales.
Las tecnologías digitales prometen un futuro brillante para el sistema monetario. Al adoptar el núcleo de confianza proporcionado por el dinero del banco central, el sector privado puede adoptar las mejores nuevas tecnologías para fomentar un ecosistema monetario rico y diverso. Por encima de todo, las necesidades de los usuarios deben estar a la vanguardia de la innovación privada, al igual que el interés público debe ser el lodestar para los bancos centrales.
El futuro sistema monetario
El sistema monetario es una base crucial para la economía. Cada vez que los hogares y las empresas realizan pagos en toda la gama de transacciones financieras, depositan su confianza en la seguridad del dinero y los sistemas de pago como un bien público. Mantener esta confianza es el núcleo de los mandatos de los bancos centrales.
Arraigado en esta confianza, el sistema monetario debe cumplir una serie de objetivos de alto nivel para servir a la sociedad. Debe ser seguro y estable, y las entidades clave deben rendir cuentas de sus acciones. De esta manera, se garantiza la integridad del sistema. Las transacciones rápidas, confiables y baratas deben promover la eficiencia y la inclusión financiera, mientras que los derechos de los usuarios a la privacidad y el control sobre los datos deben ser respetados. Finalmente, en un mundo en constante cambio y globalmente conectado, el sistema debe ser adaptable y abierto.
Los eventos recientes han demostrado cómo las fallas estructurales impiden que las criptomonedas alcancen los niveles de estabilidad, eficiencia o integridad requeridos para un sistema monetario. En lugar de servir a la sociedad, las criptomonedas y los DeFi están plagados de congestión, fragmentación y altos alquileres, además de las preocupaciones inmediatas sobre los riesgos de pérdidas e inestabilidad financiera.
El euro digital y la evolución del sistema financiero
Estamos diseñando un euro digital que haría que el dinero del banco central se pudiera utilizar para pagos digitales, dando a los europeos un medio de pago digital que puedan utilizar en toda la zona del euro para sus pagos diarios y apoyando los objetivos sociales de Europa.
Tener dinero digital emitido por el banco central y disponible para todos proporcionaría un ancla de estabilidad para el mercado de pagos, preservando la coexistencia de dinero público y privado que nos ha servido bien hasta ahora.
Al distribuir el euro digital, los intermediarios desempeñarán un papel clave.
Estamos trabajando para abordar en una fase temprana las posibles consecuencias indeseables que puedan resultar de la emisión de un euro digital para la política monetaria, la estabilidad financiera y la asignación de crédito a la economía real.