El aumento de varias décadas en la relación crédito/PIB en las EME se ha asociado con cambios significativos en la asignación de crédito. Algunos de estos cambios han frenado potencialmente el crecimiento y la eficiencia general. Además, en algunas EME, sobre todo en las economías emergentes de Asia, los países han llegado a un punto en el que nuevos aumentos de la ratio pueden haber empezado a restar valor al crecimiento.
Dicho esto, las relaciones estimadas que se destacan en este Boletín, incluida la forma de U invertida entre el crédito y el crecimiento del PIB, no son inamovibles. Las malas asignaciones de crédito pueden mitigarse mediante el uso de herramientas que frenen el crecimiento desequilibrado del crédito (BPI (2018)). Además, los avances tecnológicos en la intermediación financiera, en particular por parte de las fintechs y las Big Tech, y el aprovechamiento de la inteligencia artificial podrían aumentar aún más el acceso de las empresas productivas al crédito, por ejemplo, facilitando el control del riesgo crediticio (Frost et al (2019, 2021)). Además, el crédito no es la única forma de financiar el crecimiento. Muchas EME también tienen margen para aumentar el papel de los mercados de renta variable. En este sentido, es fundamental seguir fortaleciendo las instituciones pertinentes (CGFS (2019)). Los bancos centrales de las EME participan en diversas iniciativas políticas para promover estos avances, como se analiza en un volumen reciente de una reunión de vicegobernadores de las EME en el BPI.