Los ecosistemas sanos y resilientes son la columna vertebral de nuestro bienestar y prosperidad, ya que proporcionan alimentos, agua limpia, sumideros de carbono y protección contra los desastres naturales, incluidos los causados por el cambio climático. Más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza y de los servicios que proporciona, y más del 75% de los tipos de cultivos alimentarios mundiales dependen de la polinización animal.
A pesar de su importancia, la naturaleza de Europa se encuentra en un declive alarmante, con más del 80% de los hábitats en mal estado. Los humedales, las turberas, los pastizales y los hábitats dunares son los más afectados. En Europa occidental, central y oriental, los humedales se han reducido en un 50% desde 1970. El 71% de las poblaciones de peces y el 60% de las poblaciones de anfibios han disminuido en la última década. Entre 1997 y 2011, la pérdida de biodiversidad representó una pérdida anual estimada de entre 3,5 y 18,5 billones de euros.
La evaluación de impacto de la Ley de Restauración de la Naturaleza ha demostrado que los beneficios de la restauración de la naturaleza superan con creces los costes. Se estima que los beneficios económicos de la restauración de turberas, marismas, bosques, brezales y matorrales, pastizales, ríos, lagos, hábitats marinos y aluviales y humedales costeros son ocho veces mayores que los costos.
La propuesta sobre el uso sostenible de los plaguicidas sustituye a la Directiva 2009/128/CE sobre el uso sostenible (SUD), cuyo objetivo era lograr un uso sostenible de los plaguicidas en la UE mediante la reducción de los riesgos y los efectos del uso de plaguicidas en la salud humana y el medio ambiente y la promoción del uso de la gestión integrada de plagas. Las principales acciones de la Directiva se referían a la formación de usuarios y distribuidores, la inspección de los equipos de aplicación de plaguicidas, la prohibición de la fumigación aérea y la limitación del uso de plaguicidas en zonas sensibles. Varios informes pusieron de relieve deficiencias en la aplicación de la Directiva, con el resultado de que la reducción del uso y del riesgo de los plaguicidas fue insuficiente.
Ciudadanos de toda Europa y de diversos ámbitos de la vida recomendaron durante la Conferencia sobre el Futuro de Europa una «reducción drástica de los pesticidas y fertilizantes químicos en todo tipo de explotaciones» y «el desarrollo de una agricultura sostenible, incluido el respeto por la naturaleza y los trabajadores». Con el paquete de hoy, la Comisión responde a cinco propuestas y ocho medidas específicas recomendadas por los ciudadanos.