En el período previo a cualquier gran torneo de fútbol, los periódicos, los podcasts y los presentadores de televisión lo sobrecargan con datos y cifras, niveles de rendimiento y pronósticos. Pero entre todas esas estadísticas e historias, suelen olvidar una regla de oro: al final, siempre gana Alemania.
En el BCE, jugamos un juego de pelota diferente. Pero al igual que en el fútbol, para superar los desafíos económicos actuales, normalizar la inflación y salvaguardar el bienestar sostenible de las personas en Europa, nos unimos. Defendemos y golpeamos juntos. Y no olvidemos la regla de oro de nuestro juego: al final, solo ganamos si todos ganamos.
Durante mucho tiempo, nadie pensó en la inflación. Pero hoy, la inflación ha regresado con fuerza y se ha convertido en un tema clave para todos.
Hace tres años, en 2019, la inflación general en la zona del euro se situó en un 1% aparentemente inquebrantable. Un año después, incluso cayó bajo cero. Hace apenas un año, cuando la economía se recuperó de la pandemia, la inflación general se acercó a un 5% sin precedentes. Y ayer, por primera vez en su historia, Eurostat reportó una inflación general de dos dígitos del 10,6 %, y aún más preocupante desde nuestra perspectiva, la inflación subyacente (excluyendo energía, alimentos, alcohol y tabaco) alcanzó un máximo histórico de 5,0 %