La etiqueta ecológica de la UE para los productos financieros al por menor podría aportar beneficios a los inversores al introducir criterios mínimos de sostenibilidad basados en definiciones normalizadas y aumentar la transparencia. Sin embargo, su éxito dependerá de su credibilidad percibida y del nivel de aceptación por parte de los gerentes de producto.
Este artículo pone a prueba tres criterios clave de la etiqueta ecológica en una amplia muestra de fondos de renta variable OICVM orientados a la sostenibilidad. Utilizando las tenencias de cartera y una combinación de estimaciones a nivel de seguridad y a nivel sectorial, el Tribunal constata que menos del 1 % de la muestra tiene un coeficiente de verdor de cartera superior al umbral propuesto del 50 %. A continuación, comprobamos cuatro tipos diferentes de exclusiones y mostramos que el límite de exposición a los combustibles fósiles, en particular, reduce aún más la proporción de fondos subvencionables al 0,5 %.
Debido a las limitaciones de los datos, estas estimaciones se basan en datos indirectos y en una serie de suposiciones. Si bien esto implica un grado de incertidumbre y posible sobreestimación, los gerentes de producto enfrentarán obstáculos similares hasta que la información granular esté disponible. Los futuros requisitos de divulgación en virtud de la taxonomía de la UE y las normas de información de sostenibilidad que se están elaborando serán de gran ayuda a este respecto.
Finalmente, el artículo ilustra el impacto de las diferentes calibraciones de umbral para el verdor mínimo de la cartera y el límite de exposición a los combustibles fósiles en el número de fondos elegibles y los volúmenes de financiamiento verde. Unos requisitos más flexibles aumentan los volúmenes potenciales de financiación verde canalizados a través de fondos subvencionables, pero podrían dañar la credibilidad de la etiqueta ecológica. Estas conclusiones no prejuzgan la evolución actual o futura de las políticas relativas a la etiqueta ecológica de la UE.
A medida que se amplíe el alcance de la taxonomía de la UE y un número creciente de empresas comience la transición, la proporción de actividades alineadas aumentará con el tiempo. Esto hará que los requisitos más estrictos sean más fáciles de cumplir en el futuro, al tiempo que reflejará los cambios en la preferencia de los inversores por inversiones más ecológicas.