Categoría: ECB – Banco Central Europeo

Invertir en el futuro de Europa – Argumentos a favor de un replanteamiento

El Instituto Italiano de Estudios Políticos Internacionales (ISPI) fue fundado hace 88 años en medio de la Gran Depresión y durante un período de agitación geopolítica. En ese momento, el New Deal estadounidense marcó el inicio de un cambio fundamental en el sistema económico de los Estados Unidos.
Del mismo modo, la magnitud y el tipo de perturbaciones que estamos experimentando hoy exigen cambios en nuestro modelo de crecimiento en Europa. Revelan las dependencias que hemos construido y las inversiones que no hemos hecho. Hoy estamos pagando un alto precio por esto.
Sin embargo, la crisis de la COVID-19 ha demostrado que, uniendo fuerzas a escala europea, podemos cambiar de rumbo. La respuesta de la UE, centrada en el instrumento de recuperación Next Generation EU (NGEU), se basó en la premisa de que actuar juntos para amortiguar la perturbación e invertir en objetivos comunes redunda en interés de todos los Estados miembros. Esto permitió que la economía europea se recuperara rápidamente.
Hoy argumentaré que nuestra respuesta a las nuevas perturbaciones a las que nos enfrentamos debería incluir medidas para compensar la falta de inversión pública en el período comprendido entre la crisis financiera mundial y el inicio de la pandemia. En concreto, deberíamos aspirar a impulsar la inversión para cumplir objetivos, como la seguridad energética y la transición ecológica, que constituyen bienes públicos europeos. Esto podría adoptar la forma de una capacidad presupuestaria europea dedicada a la inversión que se basaría en la experiencia del NGEU.

Monedas digitales de banco central: Ancla monetaria para la innovación digital

La confianza de los ciudadanos en el dinero privado se fundamenta en su convertibilidad a la par con la forma más segura de dinero en la economía —el dinero de banco central, el ancla monetaria— y, por tanto, con otras formas de dinero reguladas. El dinero de banco central es el único cuyo valor nominal está intrínsecamente garantizado. Los emisores privados tienen que confiar en la convertibilidad, ya que su dinero está expuesto a riesgos operacionales, de crédito, de liquidez y de mercado. Estos riesgos se reducen mediante las salvaguardas que proporcionan las políticas públicas, como la supervisión financiera, los requisitos de capital y la garantía de depósitos.
La convertibilidad a la par aporta confianza en el dinero privado puesto que nos ofrece certeza en cuanto a su valor definitivo y la posibilidad de usarlo para hacer pagos. Por ejemplo, cuando vamos al cajero automático del banco y convertimos nuestros depósitos en una cantidad equivalente de efectivo, tenemos la seguridad de que han conservado su valor. Cada vez que acudimos a un cajero automático y retiramos efectivo reforzamos la confianza en que podremos seguir haciéndolo en el futuro. Depositamos y utilizamos nuestro dinero a través de intermediarios privados porque, en última instancia, confiamos en que recibiremos efectivo si lo pedimos. Por tanto, podremos continuar realizando pagos incluso si nuestro dinero no puede utilizarse directamente en su forma privada. Las retiradas masivas de dinero privado comienzan cuando desaparece esta confianza en su convertibilidad y se genera una fuga hacia la seguridad.

Llevar los pagos europeos a la siguiente etapa – Un esfuerzo público-privado

En los últimos 20 años, el mercado europeo de pagos se ha vuelto más integrado, más innovador y más eficiente. El éxito de la transición de un ecosistema de pagos fragmentado a una zona única de pagos en euros contribuyó a la introducción sin tropiezos de la moneda única. Y fue el conocimiento y los esfuerzos combinados de las autoridades públicas y los intermediarios privados lo que lo hizo posible.
Esta cooperación es hoy más importante que nunca, ya que nos enfrentamos a nuevos desafíos derivados de la digitalización de nuestras economías y nuestros sistemas financieros.
El Eurosistema está trabajando en varios frentes para hacer frente a estos retos, en particular explorando la posible introducción de un euro digital y aplicando su estrategia de pagos minoristas. En los próximos meses, intensificaremos nuestra interacción con el sector privado para explorar los vínculos entre estos dos proyectos cruciales. Combinar nuestras fortalezas y trabajar juntos hacia un objetivo común sigue siendo la mejor manera de construir un sistema de pago europeo moderno, eficiente e integrador para el futuro.

El euro digital y la evolución del sistema financiero

Estamos diseñando un euro digital que haría que el dinero del banco central se pudiera utilizar para pagos digitales, dando a los europeos un medio de pago digital que puedan utilizar en toda la zona del euro para sus pagos diarios y apoyando los objetivos sociales de Europa.
Tener dinero digital emitido por el banco central y disponible para todos proporcionaría un ancla de estabilidad para el mercado de pagos, preservando la coexistencia de dinero público y privado que nos ha servido bien hasta ahora.
Al distribuir el euro digital, los intermediarios desempeñarán un papel clave.
Estamos trabajando para abordar en una fase temprana las posibles consecuencias indeseables que puedan resultar de la emisión de un euro digital para la política monetaria, la estabilidad financiera y la asignación de crédito a la economía real.

Europa como escudo común – Proteger la economía de la zona del euro de las perturbaciones mundiales

Como institución de la UE, el BCE es responsable ante los ciudadanos de Europa a través del Parlamento Europeo. Y nuestras dos instituciones han aprendido rápidamente una de las lecciones clave de la crisis de la COVID-19: la distancia física no tiene por qué implicar distancia intelectual.
Gracias a la tecnología, desde el estallido de la pandemia he participado en varias audiencias virtuales de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios para debatir sobre el trabajo del BCE sobre un euro digital. El euro digital es una innovación clave para servir a los intereses de los europeos en un mundo digital. Proporcionaría un acceso fácil, sin costo y seguro al dinero del banco central para los pagos digitales diarios, tal como lo hace el efectivo para las transacciones físicas en la actualidad.

El papel internacional del euro – junio de 2021

El papel internacional del euro se apoya principalmente en una Unión Económica y Monetaria más profunda y completa, incluido el avance de la unión de los mercados de capitales, en el contexto de la aplicación de políticas económicas sólidas en la zona del euro. El Eurosistema apoya estas políticas y hace hincapié en la necesidad de redoblar los esfuerzos para completar la Unión Económica y Monetaria. La relativa resiliencia del papel internacional del euro a pesar del shock pandémico contrasta con la importante disminución observada a raíz de la crisis de la deuda soberana de la zona del euro. En cierta medida, esta evolución puede reflejar la eficacia de las medidas de apoyo a las políticas sin precedentes y el enfoque coordinado que han prevalecido en la zona del euro durante la crisis de la COVID-19. Al mismo tiempo, el hecho de que el atractivo mundial del euro se mantenga en general estable a un nivel bajo sugiere que sólo nuevas medidas políticas decididas y esfuerzos de reforma permitirían al euro realizar su potencial global.

El euro digital y la evolución del sistema financiero

Un euro digital permitiría a los europeos utilizar el dinero público para pagos digitales en toda la zona del euro, al igual que pueden utilizar el efectivo para pagos físicos. Llevar el dinero del banco central a la era digital es un paso lógico a medida que los pagos se digitalizan cada vez más. Y esto es crítico por dos razones principales.

De la revolución de los pagos a la reinvención del dinero

La transformación digital está desencadenando una revolución en el sector financiero, que traerá innovación, pero también riesgos. En particular, las grandes tecnológicas y las monedas estables podrían interrumpir el sistema financiero europeo. Y si bien podrían ofrecer soluciones de pago convenientes y eficientes, también corren el riesgo de poner en peligro la competencia, la privacidad, la estabilidad financiera e incluso la soberanía monetaria.
Nuestras políticas proporcionan una reacción política contundente al shock digital. Queremos crear las condiciones para un panorama de pagos resiliente, innovador, diverso y competitivo que pueda atender mejor a las necesidades cambiantes de las personas y las empresas europeas. Estamos promoviendo pagos instantáneos seguros y paneuropeos.

Conferencia de Comisiones Parlamentarias de Asuntos de la Unión (COSAC)

La pandemia de COVID-19 ha sido un gran shock para nuestras sociedades y economías. Pero ha demostrado que Europa puede proporcionar estabilidad a nuestra economía. Cuando los responsables de la formulación de políticas trabajan de la mano hacia el mismo objetivo, los resultados pueden ser impresionantes.