Construyendo puentes – FSB pide mejores datos sobre el sector no bancario


Publicado el 20 de septiembre de 2024 por Editor

La semana pasada, John Schindler, secretario general del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), se dirigió al Foro Financiero Eurofi en Budapest, destacando la necesidad de una mejor coordinación regulatoria y de datos en el sector financiero no bancario.

Schindler destacó la creciente influencia del sector en la estabilidad financiera global y las brechas críticas en la supervisión que podrían exponer al sistema a nuevos riesgos.

El sector financiero no bancario, con más de 220 billones de dólares en activos, se ha convertido en una parte cada vez más importante de la economía mundial, pero también plantea vulnerabilidades durante las tensiones del mercado. Schindler enfatizó que ya no podemos tratarlo como una entidad monolítica y pidió un enfoque más detallado de la regulación. Subrayó la necesidad urgente de diseccionar el sector en sus componentes y desarrollar regulaciones a medida para abordar los riesgos específicos que plantean sus diversas actividades.

El discurso de Schindler subrayó un desafío recurrente: la falta de transparencia en el sector no bancario. El FSB ha trabajado para mejorar la recopilación de datos, pero sigue enfrentándose a lagunas, especialmente en relación con el apalancamiento, los desajustes de liquidez y la interconexión. Schindler abogó por una mejor calidad y un intercambio de datos, lo que es esencial para identificar los riesgos antes de que se agraven. Los estándares de datos podrían desempeñar un papel fundamental para superar estas lagunas de información, facilitando evaluaciones de estabilidad financiera más precisas con datos más utilizables.

Puedes leer el discurso completo de Schindler aquí.

Conferencia de Calidad de Datos FSB no bancario


Construyendo puentes: argumentos a favor de mejores datos y coordinación para el sector no bancario

12 de septiembre de 2024

Discurso de John Schindler, secretario general del Consejo de Estabilidad Financiera, en el Foro Financiero Eurofi 2024 en Budapest

Las opiniones expresadas en estas observaciones son las del orador en su calidad de secretario general del FSB y no reflejan necesariamente las del FSB o sus miembros.

Gracias por invitarme hoy. Esta es mi primera visita a Eurofi y mi primer viaje a Budapest. Quiero hablarles hoy sobre un tema de creciente importancia para las autoridades financieras de ambos lados del Atlántico y, de hecho, de todo el mundo: la intermediación financiera no bancaria (o IFNB o lo que llamaré el sector no bancario).

La crisis financiera mundial de 2008 expuso graves vulnerabilidades del sistema financiero mundial y generó conciencia de que debíamos estar más atentos a las consideraciones de estabilidad financiera.

La comunidad reguladora financiera mundial se embarcó en una ambiciosa agenda de reformas, que examinaba todo el sistema financiero (bancarios y no bancarios por igual) para crear resiliencia. En el sector bancario, se desarrolló Basilea III para mejorar los requisitos de capital y la gestión de la liquidez y reducir el apalancamiento. Se puso un enfoque paralelo en lo que entonces se denominaba comúnmente «banca paralela», pero ese enfoque maduró hasta convertirse en un enfoque holístico de lo que hoy llamamos intermediación financiera no bancaria.

Quince años después, nos enfrentamos a un sistema financiero diferente. El sistema ha evolucionado debido a nuestras intervenciones regulatorias, la innovación y los cambios en las condiciones económicas y financieras mundiales. Uno de los cambios más notables ha sido la creciente importancia del sector no bancario.

Hoy quisiera destacar tres puntos mientras me concentro en esta parte crítica de nuestro sistema financiero:

En primer lugar, el sector no bancario es cada vez más crucial para el sistema financiero mundial, y esa importancia ha quedado resaltada por el papel que ha desempeñado el sector en períodos recientes de turbulencias en los mercados.

En segundo lugar, llamarlo sector no bancario puede haber sido apropiado por un tiempo, pero ha llegado el momento de dejar de referirse a él como si fuera monolítico.

Y, por último, necesitamos más y mejores datos de esta área crítica.

El sector no bancario es cada vez más crítico para el sistema financiero global

El sector no bancario ha crecido en tamaño, complejidad e importancia desde la crisis financiera mundial, y en 2022 sus activos alcanzaron aproximadamente los 220 billones de dólares. Pero la cuestión central, que no se puede resumir en una sola cifra, es dónde se acumula el riesgo dentro del sistema financiero. En la última década, una y otra vez, hemos visto que partes del sector no bancario desempeñan un papel central en la amplificación de los shocks en todo el sistema financiero durante períodos de estrés.

El cambio de papel del sector no bancario ha sido impulsado por varios factores.

En primer lugar, los cambios regulatorios. La aplicación de normas más estrictas a los bancos ha llevado a la migración de ciertas actividades al sector no bancario. Por ejemplo, los prestamistas no bancarios y otras entidades desempeñan ahora un papel más destacado en la intermediación crediticia y en actividades críticas como la provisión de liquidez en el mercado.

En segundo lugar, la búsqueda de rendimiento. El prolongado entorno de bajas tasas de interés que siguió a la crisis financiera mundial impulsó a los inversores a buscar mayores rendimientos en clases de activos alternativos, a buscar mayores desfases de vencimiento y liquidez y a utilizar un mayor apalancamiento.

Por último, la innovación tecnológica. El auge de las tecnologías financieras y las plataformas de préstamos en línea ha introducido nuevas formas de intermediación financiera, que a menudo operan fuera del marco regulatorio tradicional.

Si bien esto ha traído beneficios, incluido un mayor acceso al crédito, también ha introducido nuevos tipos de riesgos. En los últimos años, hemos sido testigos de varios episodios de turbulencias en los mercados en los que el sector no bancario desempeñó un papel importante.

La aparición de la pandemia de COVID-19 fue un shock brusco y repentino para los mercados financieros mundiales. Los fondos de inversión y los fondos del mercado monetario enfrentaron presiones significativas de liquidez, ya que los inversores buscaron rescatar sus tenencias en medio de una mayor incertidumbre. 1

En el contexto de la turbulencia que se desató en los mercados de materias primas tras la invasión rusa de Ucrania, los precios de las materias primas y la volatilidad se dispararon. Las entidades no bancarias, en especial las firmas de comercio de materias primas y algunos fondos de inversión, experimentaron una gran tensión. Las deficientes prácticas de gestión de la liquidez y la interconexión propiciaron el contagio. 2

Estos dos ejemplos se produjeron tras shocks externos no financieros. La implosión de FTX y el colapso de Archegos no. Ambos acontecimientos fueron duros recordatorios de los riesgos asociados con el apalancamiento y las exposiciones concentradas en el sector no bancario. Archegos, en particular, provocó pérdidas significativas para los inversores y las contrapartes, y planteó inquietudes sobre la idoneidad de las prácticas de gestión de riesgos entre los principales intermediarios.

Por último, se produjo una turbulencia en el mercado de bonos del Estado del Reino Unido. Un marcado aumento de los rendimientos de esos bonos provocó graves problemas de liquidez debido a las estrategias de inversión de algunos fondos de pensiones. Los problemas de liquidez provocaron un contagio que hizo necesaria la intervención del banco central.

Estos ejemplos resaltan la importancia y la interconexión del sector no bancario y la existencia de vulnerabilidades en el sector que pueden propagarse al sistema financiero más amplio.

Históricamente, la regulación del sector no bancario se ha centrado más en la protección de los inversores o la integridad del mercado u otros mandatos similares. Sin embargo, estos mandatos no captan plenamente la naturaleza sistémica de los riesgos que el sector puede plantear al sistema financiero mundial. Las externalidades negativas que pueden surgir de las actividades no bancarias en épocas de tensión sugieren que es necesaria una perspectiva de estabilidad financiera. Esta perspectiva requiere que consideremos no sólo los riesgos para los inversores o los mercados individuales, sino también el potencial de riesgos sistémicos, riesgos que pueden tener consecuencias de largo alcance para el sistema financiero mundial y la economía mundial.

El FSB ha sostenido que debemos adoptar una perspectiva de estabilidad financiera a la hora de regular y supervisar el sector no bancario. No se trata de tratar a este sector de forma diferente ni de no reconocer su importancia, sino todo lo contrario. Es precisamente por su importancia para el funcionamiento del sistema financiero mundial que deberíamos incorporar y mejorar la perspectiva de estabilidad financiera a la regulación y supervisión de este sector.

Esto tampoco significa que se deba tratar a las instituciones y actividades no bancarias del mismo modo que a los bancos. Los dos sectores tienen modelos de negocio y perfiles de riesgo diferentes. De hecho, existen muchos modelos de negocio en el sector no bancario.

Para incorporar una perspectiva de estabilidad financiera al sector no bancario es necesario reconocer su importancia central para el correcto funcionamiento del sistema financiero mundial y la forma en que este sector puede amplificar las perturbaciones que afectan al sistema financiero. Por lo tanto, deben establecerse marcos regulatorios para mitigar los riesgos que las instituciones o actividades no bancarias pueden plantear a la estabilidad financiera.

Por ejemplo, tras la turbulencia que rodeó el inicio de la pandemia de COVID, el FSB enfatizó la necesidad de mejorar la resiliencia de las entidades no bancarias a las tensiones del mercado abordando los desajustes en la liquidez que pueden amplificar las crisis. Eso ha sustentado nuestro trabajo sobre los fondos del mercado monetario y los fondos abiertos en los últimos años. Actualmente, el FSB está considerando medidas que podrían ser útiles para mitigar los riesgos del apalancamiento en el sector no bancario y recomendaciones para garantizar que los participantes del mercado estén mejor preparados para las demandas de margen y garantías. 3

Desmembramiento del sector financiero no bancario en sus partes constituyentes

En cuanto a mi segundo punto sobre la referencia a este sector crítico como el sector no bancario, durante muchos años se ha hecho referencia a las instituciones financieras no bancarias como si fueran una entidad monolítica. Ese enfoque fue útil durante un tiempo, cuando tratamos de identificar los contornos generales de este conjunto enormemente diverso de instituciones y actividades. Sin embargo, este enfoque ya no es suficiente. Hemos llegado a un punto en el que los estudios generales del sector no bancario no son tan útiles. Necesitamos profundizar en el galimatías de entidades y actividades no bancarias.

El FSB ya ha comenzado a hacerlo, como he mencionado en algunos de mis ejemplos anteriores. Hemos estado analizando entidades y actividades específicas en las que las vulnerabilidades son más pronunciadas y en las que éstas pueden crear riesgos para la estabilidad financiera. Buscamos comprender los desafíos únicos asociados con cada una de ellas y considerar las posibles interacciones entre estas entidades y actividades, especialmente durante situaciones de estrés. En nuestro trabajo en curso sobre el apalancamiento de las instituciones financieras no bancarias, primero profundizamos en el apalancamiento no bancario en general, y luego comenzamos a realizar un trabajo más profundo en áreas específicas en las que los riesgos para la estabilidad financiera pueden ser más prominentes. En el futuro, este enfoque más específico sugeriría centrarse en los mercados o entidades que se sabe que son potenciales amplificadores de shocks.

Al diseccionar el sector financiero no bancario en sus partes constituyentes y observar el comportamiento de esas partes durante situaciones de estrés, podemos identificar mejor las amenazas potenciales a la estabilidad financiera y desarrollar políticas que estén calibradas adecuadamente a los riesgos específicos involucrados.

Necesitamos más y mejores datos sobre las instituciones financieras no bancarias

Esto me lleva a mi último punto: necesitamos más y mejores datos, particularmente sobre aquellas partes del sector no bancario que están menos reguladas.

En los últimos quince años, hemos mejorado mucho la evaluación de las vulnerabilidades del sistema financiero en su conjunto y del sector bancario en particular. Nuestras evaluaciones se han vuelto más sistemáticas: examinamos aspectos como la valoración de los activos, el uso del apalancamiento, los desajustes de vencimientos y liquidez, la interconexión y la complejidad. Para realizar esas evaluaciones se necesitan enormes cantidades de datos. En muchos casos, esos datos se divulgan públicamente o se pueden calcular medidas de vulnerabilidad a partir de fuentes de datos divulgadas públicamente. En otros casos, esas evaluaciones se basan en datos de supervisión. Nuestra capacidad para evaluar las vulnerabilidades y desarrollar políticas para mitigarlas depende de los datos de que disponemos.

Hay una razón por la que el sector no bancario se denominaba antiguamente “banca en la sombra”. El sector se ha caracterizado tradicionalmente por la falta de transparencia, lo que significa que existen lagunas en los datos que dificultan su supervisión eficaz. Esas lagunas implican que a menudo no podemos identificar las vulnerabilidades hasta que los períodos de tensión del mercado las revelan, a veces con consecuencias dolorosas.

El FSB ha logrado mejorar la disponibilidad y la calidad de los datos de este sector. El Informe de seguimiento global de las instituciones financieras no bancarias elaborado por el FSB ofrece información sobre el tamaño, la composición y las principales tendencias y riesgos del sector. Sin embargo, siguen existiendo desafíos relacionados con la disponibilidad, la calidad y el uso de los datos.

En lo que respecta a la disponibilidad, en algunas jurisdicciones no existen requisitos legales para que algunas entidades financieras no bancarias divulguen datos que son fundamentales para las evaluaciones de estabilidad financiera, lo que genera lagunas en nuestra comprensión de las actividades y exposiciones del sector.

En cuanto a la calidad, incluso cuando los datos están disponibles, pueden no ser adecuados para evaluar los riesgos a la estabilidad financiera. Por ejemplo, los datos recopilados para proteger a los inversores o para fines de conducta en el mercado pueden no reflejar los riesgos sistémicos asociados con el apalancamiento, los desajustes de liquidez o la interconexión.

Por último, en algunos casos, los datos se recopilan, pero no se utilizan de manera eficaz o no se comparten con quienes los necesitan para fines de estabilidad financiera. Esto puede deberse a barreras legales u operativas que impiden el intercambio de datos entre los reguladores, tanto a nivel nacional como internacional.

La calidad y la actualidad de los datos no bancarios son esenciales para la identificación y evaluación de vulnerabilidades y para el diseño y calibración de políticas eficaces. Debemos abordar estos desafíos en materia de datos, porque no podemos depender de períodos de tensión en el mercado para revelar vulnerabilidades en el sector.

Conclusión

El sistema financiero evoluciona constantemente, y también debe hacerlo nuestra estrategia para protegerlo. Esto requiere un esfuerzo concertado para mejorar las prácticas de recopilación, presentación de informes y difusión de datos en todo el sector. También requiere una mayor cooperación y coordinación entre los reguladores nacionales e internacionales y con el sector no bancario.

De la misma manera que el Puente de las Cadenas que conecta Buda y Pest en Budapest, tenemos que superar las brechas de información y cooperación que existen entre la comunidad reguladora y los profesionales no bancarios. Si trabajamos juntos –en todos los sectores, jurisdicciones y fronteras– podemos asegurar que el sector no bancario siga siendo una fuente de fortaleza, en lugar de vulnerabilidad, para el sistema financiero global.

Gracias.

  1. Consulte la revisión integral del FSB sobre la turbulencia del mercado en marzo de 2020. []
  2. El informe del FSB sobre los aspectos de estabilidad financiera de los mercados de materias primas ofrece más detalles. []
  3.  Para más detalles, consulte el último informe de progreso del FSB sobre su programa de trabajo sobre instituciones financieras no bancarias. []

Tipo(s) de contenido: Prensa, Discursos Fuente(s): FSB Área(s) de política: Brechas de datos, Intermediación financiera no bancaria


Publicado originalmente: https://www.xbrl.org/news/building-bridges-fsb-calls-for-better-data-on-the-non-bank-sector/

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