Tres meses después de 2023, las perspectivas macroeconómicas para Asia meridional presentan un equilibrio de buenas y malas noticias. Para comenzar con las buenas noticias, los precios mundiales de la energía, y por lo tanto los precios de los fertilizantes, han caído desde sus máximos, lo que ha aliviado las presiones inflacionarias internas, reducido las facturas de importación y revertido algunas de las grandes pérdidas de términos de intercambio durante el año pasado. La economía de China se ha reabierto, reduciendo las interrupciones en las cadenas de valor globales y aumentando el potencial de producción global. Las exportaciones de servicios, tanto de servicios turísticos como de servicios prestados a las empresas, han seguido recuperándose con fuerza. En Maldivas, el turismo ahora supera los niveles anteriores a la pandemia, ya que el turismo de China ha aumentado considerablemente en los últimos meses. En la India, el sector de los servicios es el sector de más rápido crecimiento, junto con el sector de la construcción, que se ha visto impulsado por las nuevas prioridades gubernamentales. Y, por último, la mayoría de los países de Asia meridional finalmente han comenzado la consolidación fiscal mediante la reducción de subsidios ineficientes, el aumento de los ingresos fiscales y la reducción de los gastos. En Bangladesh y Sri Lanka, la consolidación fiscal está respaldada por programas del FMI recientemente acordados, mientras que las negociaciones en Pakistán están en curso.