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FSB continúa avanzando en riesgos financieros relacionados con el clima

Este informe de situación presenta una actualización consolidada sobre los progresos realizados por los organismos de seguridad y las organizaciones internacionales pertinentes, a través de una amplia variedad de iniciativas para evaluar y abordar los riesgos financieros derivados del cambio climático e identifica las áreas clave que siguen requiriendo atención. Sigue siendo necesaria una fuerte coordinación internacional de las acciones en el próximo año (y más allá) debido a la importancia de esta cuestión para el sistema financiero mundial. El FSB continuará publicando informes anuales de progreso y presentándolos al G20.
La hoja de ruta seguirá siendo flexible a lo largo del tiempo para poder responder a la comprensión cada vez más profunda de los riesgos financieros relacionados con el clima y emprender más trabajos, ajustar prioridades y plazos, y tomar medidas cuando sea necesario. Mientras tanto, la comprensión de las implicaciones de otros temas de sostenibilidad, como los riesgos relacionados con la naturaleza, también se está profundizando. Por ejemplo, el NGFS ha comenzado a desarrollar un marco conceptual sobre los riesgos relacionados con la naturaleza para los bancos centrales y los supervisores, la OCDE está desarrollando análisis y consideraciones de política sobre los riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza, y la interacción con los riesgos relacionados con el clima, y el Banco Mundial ha comenzado a integrar el análisis de riesgos relacionados con la naturaleza en su asistencia técnica. El FSB continuará monitoreando los desarrollos y considerará si incluir una gama más amplia de temas de sostenibilidad en su agenda de estabilidad financiera en los próximos años.

La ciberseguridad de los bancos – Una segunda generación de enfoques regulatorios

Las reglamentaciones bancarias relativas a la ciberseguridad y la ciberresiliencia han madurado y ya están bien establecidas en varias jurisdicciones. Las regulaciones relacionadas con la seguridad cibernética y la resiliencia cibernética cubiertas en Crisanto y Prenio (2017) eran bastante nuevas. Estas regulaciones existían solo en unas pocas jurisdicciones, principalmente en AES, y se centraban en establecer un enfoque y controles de gestión de riesgos cibernéticos. Seis años después, muchas jurisdicciones, incluidas las EMED, ya cuentan con regulaciones relacionadas con el ciberespacio. Muchas de estas regulaciones más recientes (o regulaciones cibernéticas de segunda generación) se centran en mejorar las capacidades de resiliencia cibernética y proporcionar a las instituciones y autoridades financieras herramientas para gestionar adecuadamente los riesgos cibernéticos. No obstante, un número importante de EMED todavía no tienen regulaciones relevantes.
Los reguladores están agregando requisitos o expectativas específicas en algunas áreas o agregando nuevos elementos en sus regulaciones cibernéticas. Ahora existen requisitos regulatorios más específicos sobre respuesta y recuperación de incidentes cibernéticos, así como sobre gestión y supervisión de terceros, informes de incidentes y marcos de prueba. Algunas jurisdicciones también han introducido requisitos o expectativas para la fuerza laboral de seguridad cibernética y las métricas de resiliencia cibernética. Sin embargo, la estrategia de seguridad cibernética, los informes de incidentes cibernéticos, el intercambio de inteligencia de amenazas, las dependencias de terceros y las pruebas de resiliencia cibernética siguen siendo el enfoque principal de estas regulaciones.
Las regulaciones cibernéticas en las EMED tienden a ser más prescriptivas. Este es especialmente el caso cuando se trata de la estrategia de seguridad cibernética, los acuerdos de gobernanza, incluidos los roles y responsabilidades, y la naturaleza y frecuencia de las pruebas de resiliencia cibernética. Los reguladores bancarios en las EMED tal vez vean la necesidad de fortalecer la cultura de resiliencia cibernética en todo el sector financiero y/o de ser más claros y específicos en sus expectativas dadas las limitaciones de recursos y el suministro limitado de habilidades y experiencia en sus jurisdicciones. De esta manera, los consejos de administración, la alta dirección y el personal de los bancos tienen una orientación concreta a seguir para mejorar la seguridad cibernética de sus instituciones.
Es necesario protegerse contra un enfoque basado en el cumplimiento para abordar la ciberseguridad. Demasiada prescriptividad puede resultar en un enfoque de casilla de verificación para la seguridad cibernética. La implementación de regulaciones cibernéticas tampoco debe verse como un ejercicio de casilla de verificación. Debe complementarse con recursos de supervisión adecuados para garantizar una aplicación y un cumplimiento efectivos. Por lo tanto, hay margen para que las organizaciones internacionales y las autoridades financieras en Aes apoyen los esfuerzos de desarrollo de capacidades de supervisión en las EMED, en particular en el ámbito de la ciberseguridad. Después de todo, las amenazas cibernéticas no conocen fronteras.
El trabajo internacional (por ejemplo, de los organismos de seguridad y del G7) ha facilitado un nivel útil de convergencia de la ciber resiliencia en el sector financiero, pero es necesario seguir trabajando. Ninguna empresa o regulador puede abordar con éxito el riesgo cibernético por sí solo. Además, la naturaleza transfronteriza del riesgo cibernético requiere un grado razonable de alineación en las expectativas regulatorias nacionales. El trabajo del G7 CEG y los SSB sobre ciberresiliencia ha hecho que las expectativas de regulación y supervisión financiera sean más consistentes en diferentes jurisdicciones y, por lo tanto, es un paso en la dirección correcta. En particular, la propuesta del FSB para una mayor convergencia en la notificación de incidentes cibernéticos es un desarrollo importante, ya que trata de conciliar los diferentes requisitos jurisdiccionales que solo cargan a las instituciones supervisadas en lugar de ayudar a abordar estos incidentes. En el futuro, podría haber margen para alinear las formas en que las autoridades evalúan la resiliencia cibernética de las instituciones supervisadas. Esto podría, por ejemplo, incluir alinear la evaluación de la adecuación de la gobernanza de seguridad cibernética, la fuerza laboral y las métricas de resiliencia cibernética de una empresa. Además, dadas las posibles implicaciones transfronterizas para el sistema financiero de un incidente cibernético en un proveedor externo crítico, particularmente un proveedor de nube, podría haber margen para considerar un marco de supervisión internacional para dichos proveedores.