La estrategia energética de Europa tiene como objetivo lograr una trilogía de objetivos interdependientes: energía segura, competitiva y sostenible, para ayudar a abordar el impacto del cambio climático. Esto está respaldado por el paquete «energía limpia para todos los europeos» y el compromiso de Europa con el Acuerdo de París.
Los mercados de gas natural y emisiones del continente ya han sido críticos en su cambio hacia una energía más limpia y en el cumplimiento de sus objetivos de política. Ahora, estos mercados están preparados para expandir su papel a nivel mundial, ya que el camino hacia un futuro bajo en carbono impulsa la demanda de energía más limpia y la necesidad de fijar con precisión el precio de las emisiones de gases de efecto invernadero.